La trama es dividida en dos fases: la primera está ambientada en 1928 y la segunda sucede en 1948. En la bella y encantadora ciudad de Roseiral, en el interior de São Paulo, donde viven gente romántica y misteriosa; gente divertida y también ambiciosa; pero todos tienen una historia que contar. Como la simpática Olívia, quien cree que tiene una familia perfecta, y ni desconfía que su marido, el canalla de Raúl, tiene un romance secreto con la bella Dalila. En Roseiral también viven unos campesinos muy divertidos, como la ingenua Mirna, que está ansiosa por casarse, contra a voluntad de su hermano Crispín.

Y también están las personas de la pensión Osvaldo e Divina, y Ofélia, la implicante madre de Divina, que no pierde la oportunidad de molestar a Osvaldo. A pesar de las confusiones, ese matrimonio tiene mucho amor y comanda una familia con cuatro hijos: Vitório, Dalila, Hélio e Nina.

Mas en esa linda ciudad vive el tema central de la novela: el grande amor del botánico Rafael por la bailarina Luna, hija de la millonaria Agnes. Un romance que tiene poderosas enemigas, como la envidiosa Cristina y su madre, la diabólica y calculista Débora. El matrimonio de Rafael y Luna se ve sorprendido por el destino, cuando Cristina desea las joyas de su familia que le entregó Adelaida, su abuela. A partir de ahí, Cristina manda a Guto, un admirador de ella, que asalte y tome las joyas de su prim. Pero Guto acaba asesinando a Luna. Rafael se desespera completamente con la pérdida de su alma gemela.

Entretanto, en el mismo momento en el que Luna perdió la vida, nace en una tribu indígena Serena, una bella y joven mestiza que creció creyendo que su felicidad estaba lejos de su aldea, sentía un llamado que la llevará a continuar el camino de Luna. Serena sigue su destino, sin saber que es en Roseiral donde vive Rafael, su gran amor que aún no conoce y que pasó 20 años encerrado en una oscuridad profunda causada por la tristeza de la muerte de su mujer. Tal situación será alterada con la llegada de Serena.