Pura Sangre galvenās lomas atveidotāj tieši pirms novels sākšanās pieņēma jaunu skatuves vārdu - Marcela Mar. Vecais uzvārds paliks tikai pasē uc dokumentos...
En el meridiano de sus bien vividos y productivos 28 años, Marcela Gardeazábal ha decidido dejar su nombre de pila sólo como registro en su documento de identidad y en el recuerdo entrañable de sus seres queridos. Ahora la bella y talentosa actriz de teatro, cine y televisión se llama Marcela Mar, según ella, el producto de todas sus realizaciones en lo personal y en lo profesional, un nombre con el que aspira llegar más lejos, seguramente en otras latitudes y con una sólida proyección internacional. Alterno al cambio de nombre, Marcela se sometió a una transformación física: ahora está más delgada y su cabello retomó su color original, el rubio, y se mandó a quitar un lunarcillo vecino a su primorosa boca, por sugerencia de su dermatóloga. El cambio también repercutió en su clóset: ropa y calzado de marca, de mujer moderna, de mujer de mundo, de las que se mueven en el rutilante universo del arte y de esa vida iluminada por luces de neón con aromas de espectacularidad. ¡Bienvenidos al ‘nacimiento’ de Marcela Mar!
¿De dónde su nuevo nombre, Marcela?
“Marcela Mar es la consecuencia de los éxitos de Marcela Gardeazábal, es un nombre que tiene proyección internacional y es fácil de pronunciar”.
¿Y a la par del cambio de nombre, también el ‘look’?
“Sí, una actriz tiene que estar en permanente renovación. Hay que estarse reinventando”.
¿Eso también lo empuja el amor?
“Eso lo empuja la naturaleza que uno tiene”.
¿Qué se quitó y qué se puso?
“Me quité un lunar que tenía cerca a la boca y bajé unos kilitos que tenía de más. ¿Qué me puse? Me dejé crecer el cabello y nuevamente estoy rubia, mi color natural”.
¿Se puso senos?
“Nada de operaciones. Todo lo tengo en su puesto por obra de la disciplina y del ejercicio”.
¿Qué planes tiene para este año?
“Este año se estrena ‘Satanás’, en junio; ‘El amor en los tiempos del cólera’, en noviembre, y la novela que estoy protagonizando, que empezará en abril”.
¿Qué novela?
“‘Pura sangre’, una historia de Mauricio Navas, de la que soy protagonista con Rafael Novoa, bajo la dirección de Herney Luna”.
¿Qué papel hace?
“Se llama Florencia Lagos, una mujer de clase alta que lo tiene todo y que poco a poco se da cuenta que su vida se basa en una gran mentira”.
¿Y en ‘El amor en los tiempos del cólera’?
“Interpreté a América Vicuña, la última amante de Florentino Ariza”.
Qué bien Marcelita, sólo falta que la llame Pedro Almodóvar.
“¿Por qué no?, de eso se trata”.
¿Aspira hacer algo o radicarse por un tiempo en otro país?
“Por supuesto que sí, soy una mujer ambiciosa y mi carrera me puede llevar a rumbos inesperados”.
Con ‘Satanás’ podría dar ese gran salto, ¿no le parece?
“Vamos a ver, hay que esperar que la gente la vea y saque sus propias conclusiones de este trabajo”.
¿Qué más ha pasado en la vida de Marcela Mar?
“Finalizando el 2006 estuve de gira con ‘Carta de una desconocida’ en España, fue una experiencia muy gratificante, nos dieron un premio a la mejor puesta en escena extranjera”.
¿Y pasó el año en Madrid?
“No, lo pasé con mi mamá y con mi hijito”.
¿Y cómo va Emiliano, su crío?
“Hermoso, en marzo cumple siete años, es un caballerito y hace parte de mi equipo estrella”.
¿Otro hombre en su vida sentimental?
“Sí, hombres siempre hay. La calle está llena de ellos”.
¿Marcela Mar está renovada hasta en ese tipo de emociones del corazón?
“Sí, yo pienso que uno es como un río que nunca está quieto y siempre hay una corriente nueva”.
¿Y qué ha pescado en ese río últimamente?
“No estoy en plan de pesca, estoy más bien tranquila”.
¿Quiere decir que el amor es un estado de intranquilidad?
“No, quiero decir que estoy completa en mí”.
¿Cómo marca su territorio?
“Con mi carácter”.
¿Es muy radical en sus asuntos?
“Soy radical, soy frentera, soy de una sola pieza”.
¿Es consciente de que algunos hombres le temen?
“Sí, algunos se sienten intimidados”.
¿Y qué perfil encaja en su carácter?
“Un hombre claro en lo que quiere, con ambiciones, sensible y seguro de sí mismo”.
¿De vez en cuando le da un vistazo al pasado?
“Para mí el pasado no existe”.
¿O sea que no sufre de nostalgias?
“No, el pasado hay que soltarlo, hay que dejarlo libre”.
¿Y el futuro?
“Tampoco, el futuro es una fantasía. Lo único que tenemos es el presente y la conciencia de saber que lo que hacemos tiene unas consecuencias”.
¿Qué misterio encierra usted Marcela Mar?
“Los misterios son para revelarlos o para resignarse y dejarse encantar por ellos”.