Intervija ar Žariku Leonu. (paldies alby)
Sāku tulkot, bet nodomāju, ka intervija ir diezgan saprotama, un diezvai daudzi lasīs, bet tas atņems ļoooti daudz laika. Tomēr, ja ta kādu ieinteresēja, un jūs to ne īpaši sapratat, noteikti pārtulkošu.
Explosiva e imprudente. Así es Liliana Herrera, uno de los personajes de ‘Sobregiro de amor’, la nueva telenovela que el Canal Caracol estrenará mañana, a las 8:00 p.m.
Ella es el polo opuesto de Zharick León, la actriz que le da vida, a juzgar por lo que se dice de la bella cartagenera que pasa por seria y hasta por antipática.
Nada más alejado de la realidad. Cuando se le conoce un poco más, aparece una personalidad tímida a pesar de llevar más de quince años de experiencia en los medios, desde que llegó a Bogotá de su natal Cartagena.
Suena raro, pero Zharick puede pasar el día entero tranquila ante más de cuatro o cinco cámaras grabando escena tras escena, pero entrar en pánico cuando aparece en frente suyo la cámara de un noticiero para hacerle una entrevista.
El pulso se le acelera y prefiere las entrevistas en privado, fuera del estudio de grabación, lejos de las miradas de sus compañeros y equipos de producción. Una actitud que ni ella misma se explica, pues seguramente sus 1,74 de estatura y cuerpo escultural, denotan seguridad e intimida a los demás.
Nacida a mediados de los años setenta, asegura que se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera actoral, y luego de su paso por la televisión latina de Estados Unidos, más un corto descanso, desde hace dos meses se encuentra trabajando en la telenovela ‘Sobregiro de amor’.
¿Qué la motivó para regresar a la televisión colombiana?
Principalmente, la gente del Canal Caracol donde valoran el trabajo de todos, existe gran profesionalismo y muchas ganas de hacer las cosas bien. Sumado a un buen guión, es la combinación perfecta para que las cosas salgan de la mejor manera.
¿Cómo aceptó su personaje?
A mi regreso estaba a la espera de un personaje que fuera distinto a los que he realizado hasta el momento. Quería que entorno a él girara la historia, pero con aspectos y matices diferentes a los protagónicos que había realizado. Liliana Herrera me da todo esto.
¿Cómo es Liliana Herrera?
Es alegre, extrovertida, frentera, muy segura. Es la colombiana que se divierte con todo, con poquito, mucho y con nada.
Tal vez tenga ciertos matices de mi personaje en ‘Dora la celadora’, pero a la décima potencia. No llega a ser intensa, pero sí vive la vida a millón.
Liliana está a punto de terminar su carrera y, en la actualidad, es asistente de vicepresidencia en el Banco de las Indias. Su jefe es Paula Bustamante, una mujer con quien choca de entrada.
¿Qué tal la experiencia de hacer televisión en Miami?
Una oportunidad maravillosa. Pude conocer una manera distinta de trabajar, otra mecánica que, incluso, llega a involucrar un estilo diferente de actuar, con una televisión enfocada a los mexicanos y cubanos residentes en Estados Unidos.
¿Disfrutó del anonimato en Miami?
Sí, porque la timidez me gana la partida. Fue delicioso poder salir a correr todos los días por la playa y luego pasar las tardes en vestido de baño al lado del mar, porque el mar, como buena cartagenera, me derrite. Pero, tiene su lado malo. No me gusta la soledad por largos periodos y soy muy pegada a mi familia. Ella es la protagonista de mi mundo.
¿Le gustaría volver a trabajar en el exterior?
Si es una experiencia como la que viví en Miami, me encantaría. Si me dan a escoger, España y Argentina, son dos países donde se hace muy buena televisión y me encantaría probar suerte allí.
¿Y el cine?
Tengo muchas ganas de hacer cine, pero sé que debo tener cuidado con el proyecto que escoja para debutar. Sé que me falta mucho en preparación para ser actriz en ese exigente medio, por eso he venido trabajando en los últimos años.
Con mi regreso a Colombia he empezado a recibir interesantes propuestas para actuar en el cine en el 2008, lo cual me tiene muy contenta porque sé que alguna de ellas se concretará.
Hace algunos años hizo teatro en la obra ‘Valentino’. ¿Volverá a las tablas?
Ha sido una de las experiencias más maravillosas que he realizado. El teatro está dentro de mis preferencias de trabajo.
Sin embargo, las telenovelas, por sus horarios, deja pocas posibilidades para desarrollar teatro como se debe. No tengo planes próximos, el próximo año quiero dedicarme al cine y, luego, una temporada en las tablas. Mi meta es seguir creciendo.
Usted es cartagenera pero con el acento neutralizado...
Cuando llegué a Bogotá, apenas con 17 añitos, me dieron una oportunidad presentando en un magazín llamado ‘Non Plus Ultra’, y en mi primer programa duramos en grabación once horas, todo por culpa de mi fuerte acento. Ese día, al final, el director del programa me puso entre la espada o la pared: o lo neutralizaba o salía del magazín.
Cómo iba a perder esa primera oportunidad en una ciudad y un medio nuevo para mí. Entonces, me dediqué a neutralizarlo hasta que lo logré.
Eso no significa que cuando hable con un cartagenero o con mi familia, no se me salga mi acento, del cual estoy muy orgullosa. Hace parte de mi tierra y de mis costumbres.
¿Sigue visitando a La Heróica?
Sin falta, porque es mi tierra y allí está toda mi familia, en especial el ser que más amo: mi abuela.